La carrocería de tu automóvil está constituida por numerosos elementos que protegen las partes más sensibles. En el caso del capó este protege el motor pero también puede prestar el servicio de maletero cuando el motor se encuentra en la parte trasera del vehículo. Normalmente, cuando tienes que afrontar averías o debes arreglar o comprobar algún elemento del coche, el capó juega un papel crucial, ya que debes abrirlo y sostenerlo con una varilla. Descubre todo lo que tienes que saber sobre el capó de tu automóvil y cómo arreglarlo si es necesario.
La función principal del capó es proteger el motor, cuando este se encuentra en la parte delantera o el maletero si el motor se encuentra en la parte trasera. Se trata de una pieza delicada y normalmente no es posible abrirla con una simple intervención. Deberemos desbloquearlo accionando una palanca situada en el interior del coche, cerca de la columna de dirección. La varilla, situada debajo del capó nos permite mantenerlo fijo durante una reparación o revisión de los principales elementos relacionados con la motorización.
El capó o “capó motor” es un elemento de la carrocería de tu automóvil con un origen lejano en el tiempo. Los inicios de este término se remontan a finales del siglo XIX, cuando se comercializaba la Mancelle Amédée Bollée. Este vehículo fue el primero en fabricarse en serie y tendrá el honor de estar en la Exposición Universal de 1878, en la cual obtendrá una medalla de oro, seguido del éxito de su periplo entre París y Viena (Austria). Poco después, en el contexto de la historia de la motorización, el capó pasará a ser un elemento indisociable de este conjunto, aunque no siempre permitiera acceder al motor, por ejemplo: el modelo 2CV presentado en el salón del automóvil de 1948 tenía un capó soldado que no permitía acceder al compartimento del motor. En aquel entonces el capó era una simple placa metálica semi rígida y casi flexible.
Hoy en día, el capó, como muchas otras partes de la carrocería, aprovecha los últimos avances tecnológicos y quita peso al vehículo e incluso absorbe mejor los golpes en caso de accidente. Así pues, este elemento se presenta generalmente bajo la forma de una placa metálica que puede estar hecha de un material compuesto, como el poliéster armado con fibras de vidrio. Este material es muy usado por los constructores debido a su robustez y su ligereza, como también por su excelente resistencia a la corrosión. Debemos hacer mención de que algunos modelos de capó también pueden estar hechos de materiales aislantes sonoros, situados en la parte interior.
Hemos visto que para mantener el capó fijo en su lugar, cuando realizamos una inspección en el motor, necesitaremos utilizar la pata. Algunas veces no nos bastará con la pata para sostener el capó y también deberemos utilizar bisagras, las cuales encontraremos en diferentes partes del vehículo, según el modelo. Podremos encontrarlas de dos en dos, una cerca del lado el conductor y otra cerca del lado del copiloto:
Sin duda alguna y como bien sabes, el capó y en general todos los elementos de la carrocería recibe constantes ataques de agentes externos a diario (guijarros disparados por las ruedas, impactos de insectos, residuos de los árboles que pueden dañar en profundidad la pintura, excrementos de aves…). Varios agentes externos pueden acelerar el proceso de corrosión de las partes más sensibles de tu coche. De hecho, en dichos casos, debes reaccionar lo más rápido posible para no tener que cambiar el capó entero a la larga. Nosotros recomendamos dar mantenimiento a la carrocería al menos una vez al mes y realizar inspecciones cada dos semanas si es necesario.
Antes de utilizar productos profesionales, puedes pasar por un lavadero: en la mayoría de casos, el agua jabonosa a alta presión hace milagros. También puedes utilizar tu equipo de alta presión si dispones de uno.
A continuación necesitarás un producto multifuncional de tipo WD-40. Este producto es particularmente popular entre los profesionales del automóvil, por su protección de las partes más delicadas de tu automóvil. Puedes utilizarlo como producto lubricante o decapante, pero también para obtener una película de protección eficaz y durable contra el agua y la humedad. También necesitarás un trapo. Agita el producto y aplícalo sobre el capó, deja que haga acción unos segundos y pasa un trapo seco.
Si ves que tu capó está manchado de resina de los árboles, utiliza un trapo mojado con acetona. Este producto te permitirá retirar la resina, pero dejará una ligera aureola. Para borrar esta pequeña marca puedes utilizar un jabón especial para lustrar la carrocería. Para obtener un brillo óptimo a diario de tu carrocería, también te aconsejamos utilizar jabón negro y una esponja de microfibras para evitar rayadas. (1)
Algunas veces, cuidar el capó también incluye echar un vistazo a las bisagras. Estas piezas suelen desgastarse mucho por su tipo de uso. Notaremos que tenemos dificultades para abrir el capó. En estos casos, no dudes en utilizar pulverizadores de grasa blanca o litio WD-40. Este tipo de productos no gotea y presenta una adherencia perfecta sobre los soportes. El WD-40 Specialist permite reducir considerablemente la fricción y facilita el movimiento de las piezas.