Entre las partes esenciales de tu vehículo encontramos la caja de cambios. Esta pieza de tu coche te permite modificar las velocidades en carretera y envía esta información desde el motor hasta las ruedas motrices. Sin caja de cambios no sería posible modificar la velocidad de rotación de las ruedas, por lo tanto no podríamos conducir a poca velocidad o acelerar cuando fuera necesario. Por lo tanto, es necesario que cuides y realices un mantenimiento en las diferentes partes que constituyen la caja de cambios, también conocida como caja de cambios, la cual puede ser objeto de innumerables fallos. Descubre cuáles son los diferentes componentes de una caja de cambios y cómo mantener y cuidar este equipamiento tan importante que permite adaptar la velocidad de tu vehículo durante la circulación.
La caja de cambios o caja de cambios es una parte de tu vehículo que permite transmitir la potencia del motor a las ruedas motrices mediante el eje de salida del motor o el “eje de transmisión”. Así que cuanto más rápido se desplace el vehículo más importante será que el motor reciba energía. En resumen, la caja de cambios va a “multiplicar” la velocidad de rotación del eje y hará avanzar las ruedas consecuentemente. Para controlar la velocidad de rotación del motor utilizas el pedal de aceleración, pisando con más o menos fuerza. Para consultar el trabajo del motor, será suficiente con echar un vistazo al cuentarrevoluciones situado en el panel de control. De hecho, el cuentarrevoluciones es el mejor indicador para saber en qué momento es necesario cambiar de velocidad.
Hacemos hincapié en el concepto “velocidad del motor” (generalmente expresada en vueltas/minuto). Según el tipo de motor que tenga tu vehículo (gasolina o diesel), la velocidad mínima estará entre las 600 y las 900 vueltas por minuto: en este punto, el motor está en marcha pero tu vehículo no se mueve. La velocidad máxima la encontramos entre las 4000 y las 8000 vueltas por minuto. Desplazarnos por debajo de la velocidad motor establecida o muy por encima puede ocasionar una rotura precoz de las piezas motrices, además de aumentar inútilmente el consumo de carburante, sobre el que ejerces una influencia directa, gracias a la caja de cambios. Dicho de otra manera, pon en práctica una forma de conducir ecológica cuando tengas que acelerar.
La caja de cambios también es útil para adaptar la velocidad del vehículo ante ciertas situaciones que puedes afrontar - por ejemplo, arrancar el coche en pendiente, esperar a que el semáforo se ponga en verde. En este último caso podremos “desacoplar” las ruedas y el motor, poniendo el coche en “punto muerto”, es decir: sin ninguna velocidad metida.
Actualmente existen 3 tipos diferentes de cajas de velocidad que podemos encontrar en los vehículos terrestres motorizados: la caja de cambios manual, la caja de cambios automática y la caja de cambios secuencial.
El funcionamiento de estos tres tipos de cajas de velocidad cumplen la misma función: transformar la potencia que el motor emite para modificar el movimiento de las ruedas.
La caja de cambios es un equipamiento habitualmente muy negligente, a pesar de ser utilizado tan frecuentemente durante la conducción. Para que puedas entender bien cómo cuidar este elemento tan vital, es importante desmontar todos los aspectos: sea el vehículo que sea, la caja de cambios está sumergida en aceite para facilitar el trabajo de algunos elementos metálicos como los piñones (la primera rueda de cada engranaje). Dichos elementos están constantemente sometidos a velocidades elevadas y por lo tanto a mucha fricción, la cual necesita de una lubricación constante (por ello es muy importante revisar la calidad del aceite, la cual pierde sus propiedades con el tiempo).
Para que la caja de cambios esté bien lubricada después de ciertos kilómetros recorridos, procederemos a llevar a cabo un “cambio de aceite”. Se trata de una operación que consiste en retirar el aceite utilizado por uno nuevo. Debemos pensar en lavar de vez en cuando el tapón magnético del cambio de aceite (este tipo de tapón es conocido por ser más eficaz que los clásicos, permitiendo al motor aumentar su vida útil e impidiendo el acceso de pequeñas partículas metálicas dentro del circuito de aceite del motor).
La mayoría de los profesionales recomiendan realizar un cambio de aceite para una caja de cambios manual, cada 30.000 km, es decir: cada 5 o 6 años de media. Para una caja de cambios automática, el cambio de aceite deberá realizarse cada 60.000 o 120.000 km. Para la caja de cambios de embrague seco, se recomienda hacer un cambio de aceite después de haber completado los 60.000 km. El precio de un cambio de aceite para una caja de cambios automática, ronda los 250 euros e incluso puede llegar a valer 1.000 euros. (1) Para una caja de cambios manual, el precio del cambio de aceite irá de los 50 a los 250 euros.
Aunque el cambio de aceite de la caja de cambios es menos frecuente que el cambio de aceite del motor, es muy aconsejable hacer un mantenimiento de este de forma regular. Sin esta vigilancia, la caja de cambios corre el riesgo de romperse y su reemplazo puede ser mucho más caro que un simple cambio de aceite (una estimación de un recambio para una caja de cambios se estima entre los 600 y los 3.000 euros, dependiendo del modelo).
Para saber si tu caja de cambios necesita un drenaje, a continuación algunos signos que pueden alertarte:
Para garantizar a tu vehículo una vida útil más larga, se aconseja revisar con frecuencia el nivel de aceite de tu caja de cambios. No se trata de una operación tan simple como la de revisar el aceite del motor, el cual dispone de una varilla para ver los niveles, pero también puedes hacerlo tú mismo. Para ello, tendrás que echar un vistazo al manual de tu coche y localizar la ubicación exacta del tapón de relleno. Un nivel de aceite óptimo debería estar justo por debajo de este mismo tapón. Si el nivel de aceite es tan elevado que sobresale, el aceite está en una cantidad adecuada. Por otra parte, un profesional de la mecánica también podrá realizar este proceso y te dará consejos útiles.
La caja de cambios es una parte esencial de tu vehículo, como el resto del bloque motor, el cual tiene que estar siempre bien abastecido de aceite para funcionar correctamente. Las averías de esta parte de tu coche no son un fenómeno extraño, pero puedes evitarlas realizando un control regular de los niveles. En el peor de los casos, un profesional podrá desmontar tu caja de cambios y localizar el origen de la fuga (la cual puede estar en unas juntas defectuosas, en una abolladura de la caja o en una pieza deteriorada).